Ayer La Fura dels Baus volvió a sorprendernos con su actuación en la noche blanca bilbaína. Pese a la continua lluvia que no daba tregua, la asistencia de público de todas las edades fue mayoritaria en un espectáculo lleno de rabia creativa.
Aunque el despliegue escénico se nos hizo un tanto corto, La Fura nos mantuvo en vilo con antorchas mientras desguazaba un vehículo, arrojando los restos al público al ritmo de intensos tambores. Quizás un performance un tanto escaso para lo que nos tienen acostumbrados en sus espectáculos, pero manteniendo el estilo y personalidad que caracterizan todas sus obras.