¿Web responsive o App?. Esto mismo se preguntan hoy en día infinidad de empresas a la hora de ofrecer sus contenidos digitalmente por internet.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que estamos hablando de dos conceptos distintos.
Tener una web de empresa en nuestros días es algo totalmente necesario y además debe ser responsive obligatoriamente por dos motivos fundamentales:
- Ofrecer una navegación cómoda y segura a un público móvil que ya alcanza el 80% de los usuarios en internet.
- Por razones de posicionamiento, ya que Google penaliza a las webs en su ranking de búsquedas si no son responsivas.
En cuanto a las Apps, debemos entender que son aplicaciones opcionales que sirven para ofrecer un servicio determinado, bien sea una plataforma de búsqueda, una comunidad de usuarios o simplemente un juego de entretenimiento.
Con lo cual, aunque utilicemos ambas alternativas que si bien pueden ser complementarias para el branding comunicativo de un producto o empresa, debemos entender que son dos elementos distintos e independientes.
A continuación pasaremos a enumerar las características y ventajas de cada una de ellas:
Web responsive
- No es necesario ningún tipo de descarga. Tan sólo acceder a la dirección de la web para ver su contenido.
- Debe ser compatible con los distintos dispositivos móviles para su correcta indexación y esto conlleva un coste de diseño y programación añadido.
- Es más fácil de enlazar y compartir en cualquier red social o plataforma.
- El contenido de una web responsive es mucho más amplio y son múltiples los apartados en los que el SEO trabaja de manera directa para que se posicione con más facilidad en los buscadores.
App
- Una App debe descargarse previamente y tener el suficiente espacio y memoria libres del dispositivo para su correcto funcionamiento.
- Si queremos que llegue al gran público deberemos desarrollar las distintas versiones de la aplicación para que funcionen tanto en Android como en iOs de la misma manera eficiente.
- Algunas aplicaciones deben actualizarse manualmente y no funcionarán con todas las versiones del sistema operativo.
- Compartir una App es más complicado que una dirección web ya que su enlace nos conducirá a la store de descarga correspondiente. Del mismo modo será necesario para compartir información el que otros miembros también la tengan instalada en sus gadgets.
- Programar una App es más difícil que una web con lo que su coste será mayor. Si se intenta rentabilizar este coste por medio de previo pago en su descarga, muchos usuarios se mostrarán reticentes a la hora de su instalación.
Aunque en primera instancia parezca que las Apps no tienen más que desventajas lo cierto es que para empresas que quieren difundir algunos de sus productos o servicios, puede ser una estupenda herramienta de marketing a tener en cuenta.
Visto en Top Agencias