Pocas veces se crea una simbiosis tan bien representada entre dos conceptos tan dispares. Unir una serie tan mediática como los Simpsoms con el arte conceptual de Mondrian, no es tarea fácil.
Sin embargo, este «producto» cuyo contenido se ha mantenido en secreto desde hace 26 años, es un claro ejemplo de que combinar el dinamismo con fórmulas matemáticas da buenos resultados. Unas botellas cuyo contenido no ha sido desvelado y que con simplemente verlas nos transmiten el significado que su creador Constantin Bolimond a querido transmitir.
Qué esconderá el contenido de la botella?, ¿Será un vino?. Quizás es eso lo que todos queremos creer.